jueves, 30 de enero de 2014

CARA MATHILDA



A veces escoges un libro por la reseña, porque te lo recomienda un amigo o simplemente por el título. Yo he escogido "Cara Mathilda" por los tres motivos a la vez. Y creo que es una de las mejores cosas que he hecho últimamente: leer ese libro. 

De hecho lo empecé a leer ayer por la tarde. Esta mañana, después de unas horas de "maldormir" debido al viento que "huracanea" ahí fuera, sin desayunar, sin beber siquiera un vaso de agua, he continuado su lectura hasta el fin. Me atrapó desde el principio y debía ser así. No podía hacer otra cosa (excepto el descanso necesario de las horas de sueño que han mediado en su lectura) que leer y leer hasta terminarlo. 

Creo que todos deberíamos leerlo. Quizá no a todo el mundo le guste. Siempre he pensado que la experiencia de leer un libro no sólo tiene que ver con el libro en sí, con la historia, sino con el lector, con el momento en el que lo encuentras o él te encuentra a ti.
Con los libros he tenido muchas experiencias. He llorado, me he aburrido, me han acompañado durante un largo periodo o por el contrario, como éste, han estado conmigo tan sólo unas horas. Pero es la primera vez que me da pena tener que devolver un libro a la biblioteca.
A veces cojo anotaciones de las cosas que me gustan. De éste no sabría por dónde empezar. No sé si os pasaría lo mismo a vosotros. Pero si no lo leéis, nunca lo sabréis.

"Leggere, in fondo, non vuol dire altro che creare un piccolo giardino all'interno della nostra memoria. Ogni bel libro porta qualche elemento, una aiuola, un viale, una panchina sulla quale riposarsi quando si è stanchi. Anno dopo anno, lettura doppo lettura, il giardino si trasforma in un parco e in questo parco può capitarci di trovarci qualcun altro. Può capitare, come a noi, di scoprire un'amicizia, può capitare - perchè no? - di incontrare l'amore, o anche semplicemente un po' di respiro in una giornata particolarmente buia e tediosa"
(Leer, en el fondo, no quiere decir otra cosa que crear un pequeño jardín dentro de nuestra memoria. Cada buen libro aporta algún elemento, un lecho, una senda, un banco donde sentarse a descansar cuando se está cansado. Año tras año, lectura tras lectura, el jardín se transforma en un parque y en este parque puede darse el caso de encontrar a otra persona. Puede suceder, como a nosotras, que se encuentre una amistad, puede suceder - ¿Por qué no?- que se encuentre el amor, o incluso simplemente un poco de respiro en una jornada particularmente oscura y tediosa.)
Susanna Tamaro. CARA MATHILDA.


Una panchina sulla quale riposarsi quando si è stanchi...